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Seguridad infantil: Tu casa a prueba del peque más revoltoso

27 de junio de 2018

La seguridad infantil debe ser tu prioridad desde el nacimiento de tu peque. Debes tomar medidas desde el principio, como no darle juguetes que no sean adecuados para su edad, elegir bien su cuna y no dejarle nunca solo sobre una superficie elevada.

En cuanto tu bebé comienza a darse la vuelta y sobre todo a reptar o gatear, la cosa se complica. Es el momento de ir más allá en materia de seguridad infantil y poner tu casa a prueba de accidentes.

Más de la mitad de los accidentes que sufren niños pequeños ocurren en el hogar. Los más frecuentes son caídas y golpes, cortes, envenenamientos, quemaduras y ahogamientos y la mayoría de ellos se pueden evitar o al menos minimizar sus riesgos cumpliendo con algunas medidas básicas de seguridad infantil.

¿No sabes por dónde empezar? No te preocupes. En este post te vamos a ofrecer 6 consejos básicos que debes seguir para garantizar la seguridad de tu bebé en casa. Para que tu hogar esté a prueba del peque más revoltoso.

Quita todos los objetos y productos peligrosos de su alcance

Ese jarrón que te regaló la tía en tu boda es ideal, pero mejor que lo quites del radio de acción de tu peque si no quieres que acabe roto en mil pedazos y, lo que es peor, que tu peque pueda cortarse o incluso tragarse alguno de ellos.

Cuando se tienen peques que todavía no tienen conciencia del peligro ni de las cosas que se rompen y las que no, lo mejor es hacer una inspección detallada de la casa y quitar de su alcance todo aquello que es peligroso que coja o que no queremos que estropee. La seguridad de los bebés depende de tu previsión.

Mejor si te colocas a cuatro patas para tener un ángulo de visión similar al de tu peque y estiras la mano más o menos hasta donde llega la de él o ella.

Tómate tu tiempo y revisa estancia por estancia con detenimiento. No se trata de quitarlo todo, porque es bueno dejar que los peques tengan a su alcance cosas que tocar, coger y con las que experimentar. Pero asegúrate de que todo lo que dejas a su altura no suponga un peligro potencial.

¿Y qué pasa con los objetos de uso cotidiano que no puedes guardar pero que resultan potencialmente peligrosos? Intenta mantenerlos siempre fuera de su alcance. En estanterías o muebles altos.

Es el caso, por ejemplo, de los mandos a distancia. Si tienes un pequeño gateador que empieza a levantarse sobre sus pies habrás descubierto que parece que tienen un imán. Les atraen muchísimo. Pero pueden ser muy peligrosos porque es fácil que se les salgan las pilas si tu peque les pega algún golpe, y podría tragárselas.

Es especialmente importante quitar de su alcance todos los productos químicos, como los de limpieza o los medicamentos. Suelen venir en formatos que resultan bastante atractivos para los peques y su ingesta accidental es una de las principales causas de accidente por envenenamiento. La mayoría son mortales o pueden causar graves daños irreversibles a tu peque en cuestión de segundos. Así que asegúrate de que los colocas en un mueble alto o con cerradura y llave (no la dejes puesta, por supuesto).

Asegura muebles, cajones, puertas y ventanas

En cuanto un peque empieza a moverse con autonomía, primero gateando y después andando, lo que más le gusta es explorar el mundo que está a su alcance. Eso incluye subirse a muebles bajos, abrir cajones y puertas y asomarse a las ventanas que quedan a su altura, entre otras muchas actividades emocionantes.

Por eso, si quieres evitar accidentes, la mejor medida de seguridad infantil es la precaución. En el caso de los cajones, puedes dejarle algunos con cosas inofensivas en su interior para que las saque y explore, siempre pendiente para que no se pille los dedos.

El resto de los cajones, mejor asegurarlos para que no se puedan abrir. Lo mismo tendrás que hacer con los armarios. En la actualidad existen múltiples soluciones en el mercado para hacerlo.

También existen productos para mantener las ventanas siempre cerradas. Esto es importantísimo aunque pienses que no llegan a asomarse por ellas. Te sorprenderá lo rápido que aprenden a subirse a cualquier sitio para acceder a aquello que quieren explorar, ventanas incluidas.

A los peques les encanta abrir y cerrar puertas, pero esto tiene dos inconvenientes. Por un lado, se pueden pillar los dedos y hacerse mucho daño. Y, por otro, pueden encerrarse en una habitación y colocarse pegados a la puerta. Si quieres abrirla para acceder, tendrás que empujarle y podrías hacerle daño.

Lo mejor es comprar topes que impidan que las puertas se cierren del todo. Son cómodos porque se pueden poner y quitar.

También hay que asegurar bien los muebles que pueden volcarse, como las cómodas. Es bastante frecuente que los peques abran los cajones y se cuelguen de ellos, lo que puede vencerlas hacia delante y que se les caigan encima. Lo evitarás anclándolas a la pared.

Cuidado con los enchufes, estufas y electrodomésticos

Los enchufes también parece que tienen imanes para atraer a los peques. Les encanta meter sus deditos en ellos. La mejor medida de seguridad para bebés es comprar protectores y colocarlos en todos los de la casa. Mejor si son de los que se desbloquean con un giro, porque así te resultará a ti más sencillo utilizarlos cuando lo necesites.

Las estufas, radiadores, chimeneas y cualquier fuente de calor deben estar siempre fuera del alcance de los peques. Si necesitas poner una en la habitación donde está tu bebé, no le quites el ojo de encima ni un instante.

Las ruedecillas para encender la vitrocerámica, el horno, la lavadora o el lavavajillas les resultan de lo más interesantes a los pequeños exploradores. También las puertas de la nevera. Si no quieres que te la líen, bloquéalas también. Venden productos para hacerlo.

Nunca dejes un aparato eléctrico encendido en la misma habitación que tu peque sin supervisión. Esto es especialmente importante cuando se trata de aparatos que queman, como la plancha. Tu peque podría tirar del cable y hacer que se le caiga encima.

Coloca una valla infantil en la piscina y otra en las escaleras

Las escaleras y las piscinas son los puntos más calientes de concentración de accidentes de gravedad en los hogares.

La seguridad infantil debe ser tu prioridad siempre. Si vives en una casa de dos plantas, asegúrate de colocar una valla infantil que impida a tu peque acceder a las escaleras. Es muy fácil que resbalen y caigan para abajo sin control.

Y si tienes piscina, para garantizar la seguridad de tu bebé es fundamental que coloques una valla infantil lo suficientemente alta para que tu peque no pueda saltarla, que bloquee todos los accesos al agua. La puerta de la valla debe estar siempre bien cerrada y asegurada a prueba de peques.

Recuerda que dos centímetros de agua son suficientes para que un bebé pueda ahogarse, así que imagínate el peligro potencial que supone una piscina.

También te recomendamos que enseñes a nadar a tu peque lo antes posible. Bebés muy pequeños pueden aprender a flotar durante unos segundos con la técnica adecuada y esos segundos pueden salvarles la vida ante un descuido.

Por supuesto, nunca dejes a tu peque solo cerca de una piscina, tenga agua o no la tenga.

Dale solo juguetes seguros

Los accidentes por ingesta de piezas de juguetes, los cortes con fragmentos rotos y las intoxicaciones por juguetes que contienen tóxicos son también bastante frecuentes. Es importantísimo que solo le des a tu peque juguetes adaptados a su edad.

Fíjate siempre en la que recomienda el fabricante pero también adáptala a la evolución de tu peque, que no siempre será la más estandarizada.

Siempre que puedas, opta por los materiales naturales. Si son de plástico, asegúrate de que no tienen compuestos tóxicos, sobre todo si tu peque los va a chupar.

Comprueba que el juguete cumple con la normativa europea. Llevará las letras CE impresas en algún sitio.

Si quieres evitar sustos, fíate solo de las marcas de confianza. Recuerda que lo barato, muchas veces sale caro y cuando se trata de objetos que va a manipular de forma constante tu hijo, más vale apostar por pocos, pero buenos, que muchos, pero de dudosa calidad.

La cuna adecuada y el cambiador siempre vigilado

La cuna es un lugar donde tu bebé va a pasar mucho tiempo, sobre todo en los primeros meses de vida. Es importante asegurarte de que cumple con toda la normativa de seguridad infantil vigente.

Entre los barrotes no debe haber una distancia de más de 6 centímetros, para que tu peque no pueda introducir la cabeza entre ellos y quedar atascado.

Comprueba que es robusta y resistente y que tiene varias alturas para el colchón para adaptarse al crecimiento de tu peque. La barandilla tiene que ser lo suficientemente alta para que el bebé no pueda saltarla, sobre todo cuando se ponga de pie.

Es recomendable no usar almohadas, ni ropa de cama suelta, ni colocar peluches ni cojines u otros elementos en la cuna mientras tu bebé duerme. Podría asfixiarse.

Es recomendable que las sábanas bajeras sean transpirables para que el calor corporal no se acumule. El calor excesivo es uno de los desencadenantes del síndrome de la muerte súbita del lactante. Por eso tampoco se recomienda colocar protectores en los barrotes, porque impiden que circule bien el aire.

Estrena un colchón nuevo para cada bebé y elígelo de buena calidad y transpirable. No es recomendable heredarlos, porque acumulan ácaros, bacterias y suciedad que son difíciles de eliminar.

Una medida de seguridad infantil básica es que siempre hay que tener vigilados a los bebés, pero sobre todo cuando están colocados sobre superficies altas. Las caídas desde sillones, camas, cunas y, sobre todo, tronas y muebles cambiadores, son muy frecuentes y pueden provocar graves daños a tu bebé.

Nunca, nunca, dejes solo a tu bebé sobre el cambiador o cualquier superficie elevada. Ni siquiera unos segundos para ir a coger algo de ropa o de aseo. Prepáralo todo con antelación y, si necesitas algo más, llévate a tu bebé contigo para ir a por ello.

No te confíes si tu bebé todavía no se da la vuelta. Tienen la mala costumbre de aprender a hacerlo en los momentos más inoportunos e inesperados.

Siempre que coloques a tu peque en la trona, debes abrocharle el cinturón de seguridad.

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