Aprende unos sencillos pasos para relajar el cuerpo de tu bebé.
Ya eres mami. Tienes a tu bebé en brazos y te invade el amor. Lo sabemos. Sientes una conexión tan especial que es difícil de explicar. Observas cada rincón de su cuerpecito comprobando que todo está bien. Una y otra vez. Sobre todo después del baño.
Te explicamos cómo aprovechar ese momento. Realizando un masaje a tu bebé conseguirás:
- Aportar serenidad y calma a vuestra relación, al momento y al hogar.
- Fortalecer el contacto físico entre los dos, tan necesario después de nueve meses compartiéndolo todo.
- Conocer mejor la reacción de tu bebé y observar cómo va cambiando a lo largo del tiempo.
Muy bien, todo es precioso pero tienes un montón de cosas que hacer y hay que ir al grano. Así que aquí tienes los pasos para realizar un masaje a tu bebé en menos de diez minutos.
Qué necesitas para dar un masaje a tu bebé
Después de darle un baño es una ocasión genial para los masajes. Ubícate en un lugar cómodo en el que puedas sentarte a su nivel. Abre las piernas y túmbale hacia arriba entre ellas. Lo mejor es encima de la cama porque te aseguras comodidad para los dos.
Coloca varias toallas o un empapador debajo de él. Pon a tu bebé un pañal limpio sin cerrarlo. Lo ideal sería que la temperatura de la habitación fuese adecuada para que esté desnudo pero puedes cubrirle parcialmente con una mantita de algodón mientras realizas el masaje.
Qué es mejor para dar masajes
Seguro que ya has oído que el aceite dulce de almendras es lo mejor para dar masajes a bebés. Porque es natural y no provoca reacciones en la piel, además de que hidrata y cuida la piel tan sedosa de tu bebé.
Pero si no tienes a mano o eres más fan de las cremas, hazte con una crema corporal para bebés. Siempre será mejor si sus ingredientes son lo más naturales posibles, si su olor es suave y si te gusta a ti (porque eres quien la va a utilizar también).
Paso a paso, un masaje para tu bebé
Recuerda mantener siempre el contacto físico con el bebé entre paso y paso, siempre una mano estará tocando alguna parte de su cuerpo. Eso le tranquilizará.
- Comienza con las piernas, realizando pasadas suaves desde la parte alta del muslo hacia el pie. Forma un círculo con tu mano y realiza pasadas en zig zag.
- En los pies, masajea entorno al hueso del tobillo con círculos. Luego, que tus dedos, suavemente, marquen líneas en la planta de los pies. El objetivo no es realizar cosquillas sino relajar los tendones. Si tu bebé está intentando caminar, esta zona suele acumular bastante tensión. Por último, acaricia los dedos de los pies y aprieta con cariño cada uno de ellos.
- Relaja las nalgas marcando el punto central de cada una de ellas con dos dedos y realizando círculos en los dos sentidos. Sí, tu bebé continúa boca arriba. Al sujetar sus piernas con una mano, te resultará más sencillo.
- El siguiente paso es el abdomen y es muy importante. Esta parte del masaje puede aliviar gases o estreñimiento. Con las dos palmas de tus manos abiertas y estiradas, realiza pasadas de arriba a abajo a lo largo de toda su barriguita. Luego, realiza la técnica ‘I love you’: con dos dedos de tu mano derecha, marca una I en la parte derecha del abdomen, de arriba hacia abajo. Luego, llega el turno de una L invertida. Primero de izquierda a derecha en la parte superior, una línea horizontal que continúa con otra línea de arriba a abajo en la parte derecha. Por el mismo lugar por el que has realizado la I. Para terminar, una U invertida en todo su abdomen.
- También puedes aplicar la técnica del reloj, especialmente pensada para el sistema digestivo. Con una mano marcas todo un círculo en el vientre, en el sentido de las agujas del reloj. Siguiendo esa misma línea, con la otra mano marca solo lo que equivaldría al espacio que va de las doce a las cinco. Combina uno y otro en tres repeticiones cada uno.
- Pasamos al pecho donde realizarás una X de arriba a abajo con tus dedos. Luego, con las palmas rectas y abiertas, realiza pasadas de dentro hacia afuera.
- Para masajear los brazos, marca los mismos movimientos que en las piernas.
- Coloca a tu bebé hacia abajo. Vamos a trabajar la espalda. Con las palmas de las manos abiertas y estiradas, realiza pasadas de dentro hacia afuera desde abajo hasta arriba, a lo largo de toda su espalda. Entonces, simula que tocas el piano a lo largo de los laterales de su columna vertebral.
- Vuelve a colocar a tu bebé hacia arriba. Terminaremos masajeando su rostro brevemente. Coloca dos dedos en cada moflete y marca círculos permaneciendo en el mismo punto. Luego, con esos mismos dedos realiza pasadas en la frente de dentro hacia afuera, hacia los dos lados.
- Puedes finalizar con pasadas suaves por todo el cuerpo como punto final.
¡Es sencillo! Cuando hayas dado el tercer masaje a tu bebé te saldrá sin pensarlo. Los expertos recomiendan que se realice todos los días pero sabemos que no nos da la vida para eso. ¿Un día sí y otro no? Inténtalo. Habrá días más adecuados que otros, días en los que tu bebé esté más tranquilo o más agitado.
Pero con la práctica reconocerá el momento del masaje como algo entre vosotros, algo especial.
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